jueves, 31 de mayo de 2012

TENGO TANTAS DUDAS.... Por Vicky Moreno


¿Cómo es posible que no haya tumultos ya por las calles españolas denunciando la nausea que nos causa a los ciudadanos tanta corrupción, tanta ignominia, tanta estupidez? ¿Cómo no hemos salido a los medios explicando al mundo que no queremos a nuestros políticos, que no nos convencen, que somos gente de bien, que ya dejamos la pandereta y no nos comportamos todos como unos sinvergüenzas?
……. ¿Lo seremos? ¿Estará en nuestros genes el afán de lucro, el engaño, el provecho? ¿Seremos hijos bien entrenados por la escasez histórica de cultura? (más que por la de medios o por la de vergüenza -que también-).
            Lo de la jornada de la bolsa de ayer me hizo pensar en tanto despropósito. Iba oyendo yo en una conversación de tren cómo en una sola mañana el movimiento de los inversores a corto (bonita manera de llamar a los especuladores bajitos) registró unas oscilaciones intermitentes de dos puntos y medio en el Ibex, que se fue abajo, vino arriba y bajó otra vez en unas pocas horas. Es decir, hubo gente que en un rato perdió millones, mientras otros, o ellos mismos, al poco se hacían ricos, para volver a la ruina a continuación... ¿Eso muestra el valor evanescente de unas acciones o la situación real de los mercados, o más bien la sed de beneficios de los tiburones de las finanzas ávidos de la sangre con que ahora se tiñe el parquet?
            ¿Estaremos locos?  ¿Cómo se consiente en nuestro mundo civilizado que, sin un producto o servicio por el que cambiarlo, con sólo el dinero (incluso prestado) y la información (también prestada) se pueda multiplicar un capital que no representa esfuerzo ni creación ninguna. Para más inri, la información privilegiada que usan para obtener el rendimiento (cuando no los miedos que interesadamente hacen circular) no necesita ni siquiera ser conocimiento ni es cultura que fecunde nada, sólo astucia para aprovechar la suerte, la ventaja de estar en el lugar y en el momento oportuno, ser de buena cuna o haber pagado en favores el puesto en tan repugnante montería.
Este asco que me atora el gaznate ya ni siquiera es por el hecho de que esto se produzca impunemente en un país empobrecido y endeudado, que precisa con urgencia que esa especulación se traduzca en inversión y se use para resucitar su tejido empresarial e industrial, sino porque tan apestoso lucro, consentido por los gobiernos y envidiado por todos, es una imagen nefasta y deprimente de nuestra estulticia y vanidad, cargada de cinismo.  
Cada vez que escucho los programas económicos no oigo hablar de la economía real, la de las familias y la de los empresarios, que nada han hecho para merecer los bocados que los escualos están metiendo a sus proyectos de vida; se habla de las corporaciones y las multinacionales, de sus accionistas y millonarios consejeros, de los Ibex y los Naxdak, de las grandes familias financieras, con sus adláteres, primos, chorizos y advenedizos, que se perpetúan en el poder a través de las cadenas de favores que se hacen unos a otros, como lo hace la mafia más entrenada.
No hay entrañas en su conducta, pero están dentro de la legalidad porque nuestra legalidad apesta y tienen una extraña facilidad para ser perdonados, para no pagar impuestos, para esquivar el castigo, para protegerse a base de dinero o influencias y para reírse en las narices de los emprendedores y de los trabajadores, y no digamos nada de los parados...
 Pero ¿cómo se habla tanto de economía y de política sin mencionar este "lícito" cambalache, este nauseabundo mercadeo, esta cueva de ladrones consentidos? El dinero no es ético que sea algo diferente a un instrumento de cambio que circule con control. El que tiene más no debe tener privilegios, influencias ni ventajas sociales ni políticas (Otro día hablamos de  estos mal llamados partidos políticos, que más bien debieran declararse “partidos raquíticos”, y que sólo con dinero y prebendas siembran folletones y cosechan voluntades...)
            Esto no tiene remedio porque, aunque al asomarnos a este balcón cómodo creamos todos consensuar la misma visión de la barbarie, sólo somos ciegos conducidos por ciegos beodos, a los que se les enardece el corazón brindando por la proximidad de una Bastilla imaginaria. Perpetuamos el modelo educando a nuestros hijos no para la consciencia y el progreso ético, sino para estar ahí, para ser "ganadores" y no "perdedores", para formar parte de esa pandilla de gaviotas de basurero, para no ser excluidos y poder coger el cacho más grande del pastel, entregando gota a gota la vida, la verdadera vida, a ese extraño dragón del logro....
            En realidad, tengo que decir que es absurda mi reflexión y soberbia mi posición de observadora inocente. Muchos roban, prevarican, especulan, evaden impuestos, trafican influencias…. pero, probablemente, su única diferencia conmigo es que ellos pueden…. ¿Qué haríamos nosotros si “pudiéramos”?
            Ahora mismo, y con la mano en el corazón ¿Alguien puede asegurar que si le llega la oportunidad de invertir 10.000 € prestados para aprovechar la información privilegiada de un valor que va a subir en bolsa (y que devolvería mañana, cuando al vender sacara 100.000), la rechazaría? ¿Nos planteamos alguno de dónde procede o quién pierde lo que ganamos? ¿Le pondríamos pegas a la rentabilidad de un fondo formado por empresas dedicadas al lujo que nos diera ahora mismo un 6%? ¿A cuántos les quita el sueño pensar en qué se invierte su dinero? ¿Sabemos si contribuimos a la venta de armamento? ¿A la especulación? ¿A la fabricación de semillas modificadas genéticamente que empobrecen a los pueblos? ¿Al negocio de la droga? ¿A la deforestación? ¿Al envenenamiento del planeta? ¿A la expoliación de los pueblos? ¿A la discriminación? ¿A las condenas a muerte de inocentes que el hambre ejecuta pero firma nuestra abulia, nuestra ambición y nuestra indiferencia?.......
     Queridos tiburoncillos: Desde la misma orilla de esta pecera de sangre templadita....., que no os despierten.



                                                                 Vicky Moreno / Mayo 2012

martes, 29 de mayo de 2012

LOS POETAS DEL LOGRO – Por Vicky Moreno
    
    Hoy he asistido a un homenaje que me ha llevado a transitar por mis primeros años en el Departamento de Investigación del Hospital en el que trabajo desde hace 33. Como en un túnel del tiempo, he podido revivir los avatares de este complejo y paradójico mundo de la ciencia. Allí estaban muchos de mis amigos y viejos compañeros, entre ellos, antiguos becarios, entonces casi imberbes, y que aún no puedo concebir con canas; relevantes directores de tesis en la actualidad, que en sus comienzos luchaban por abrirse hueco en este ingrato mundo de la investigación.
        En aquellos momentos, yo no veía tanto su angustia como lo que para mi era la tremenda suerte de los hoy llamados “precarios” al haber tenido la oportunidad de culminar una formación con la que yo no me atrevía ni a soñar. Nunca supieron cómo les envidiaba, con qué fruición leía los abstract de sus trabajos y cómo me parecían de interesantes sus repetitivos experimentos, pese a los kilos y kilos de páginas de resultados que tenían que procesar para alcanzar finalmente esos clónicos “cum laude” que les abrían las puertas en España a la posibilidad de consolidación de un sueldito miserable. Muchos se fueron con pesar a otros países, para volver años después con el aval de algún grupo investigador extranjero que daba cuenta de lo buenos que eran, como si no lo hubiera probado ya su lucha en el más hostil de los medios: su país de origen. Otros, los menos arraigados al terruño, no volvieron. Emigrantes sin patria (porque no puede considerarse hogar el lugar del que te expulsan), que tenían que demostrar en destino el doble de méritos que los oriundos, aunque ya llegaban entrenados para soportar la sinrazón….
      Para mucha de esta gente su noble vocación se hizo crisis permanente, y perpetua sombra sin fecha. Ellos son los Sísifos de la ciencia, siempre empujando una piedra que está destinada a caer, bien por insuficiencia de resultados, por insuficiencia de financiación o, en el mejor de los casos, por revelación de nuevas hipótesis que permiten descubrir que la cima alcanzada ya no vale, porque siempre está más allá.
       Después de unos años supe todo esto y se me pasó un poco aquella envidia sana.
      Si el emprendedurismo tiene un modelo de referencia, el de los científicos cumple sus más altos cánones. Su fe incombustible hace visible el axioma de que creer es crear.
        La sociedad no avanza sin idealismo, sin los poetas del logro que escriben sus estrofas entre moléculas, diferenciales, partituras u hojas de cálculo. Aunque no estemos acostumbrados a verlo así, los científicos no están tan lejos de un Neruda o un Bach, ni, del mismo modo, nuestros rapsodas saben cuánta ciencia y conciencia fecundan sus versos. Nunca existe la una sin la otra porque, faltando la ciencia, la conciencia se llama creencia, igual que la ciencia pierde su virtud y denominación si no va acompañada de esa conciencia.
      Es un mundo mejor el que buscamos todos los que sentimos en el alma el afán de progreso de la sociedad, pero, ellos, los creativos, los investigadores, los pioneros, los emprendedores en suma, valientes adalides, no dudan en entregar todo su tiempo, su patrimonio y hasta a veces su vida en persecución de metas tan altas. Que sea un impulso natural, casi irrefrenable, el que sienten, no le quita mérito a la decisión de emprender, caer y volver a alimentar el ánimo, para acometer una vez tras otra el camino de ascenso a cualquier meta. Casi no importa adónde, ni el tiempo lo limita; el caso es avanzar, empujando alto y lejos el sueño, aún en momentos como el que vivimos en que la persecución del logro se hace casi utópica, si no heroica.

       El futuro es suyo porque la historia se escribe gracias a ellos. Son cocreadores del bienestar que el desarrollo a todos nos regala y es obligado el reconocimiento de los que transitamos al rebufo de su brío. Ójala la sociedad sepa un día retribuir mejor a los que emprenden y cuidar el fuego fecundo de su entusiasmo.
       Ahora bien, por amor a la obra bien hecha y por respeto a sí mismos, es prudente que sepan evitar la sombra que acompaña a lo que apasiona: La embriaguez del logro, que embota el alma y marchita el cuerpo; la hipertrofia de lo mental, que apelmaza el sentir; la falta de exigencia para la selección de objetivos; la laxitud en los márgenes éticos de algunos proyectos ilusionantes; el afán de lucro desmedido; la elección de compañeros de camino no tan cabales; la autoindulgencia dejando los cadáveres de sus afectos en la cuneta...
       En cualquier caso, gracias de corazón a ese motor del progreso que son los emprendedores. Los políticos fingen -o incluso creen- que conducen una locomotora encarrilada hacia el cambio, sin darse cuenta de que el camino está ya dado y que de nada les sirve "tanto retumbar y tanto pito" zarzuelero sin la caldera ardiente de los que, a la sombra, desde sus despachos, sus laboratorios, sus talleres o sus aulas proporcionan la verdadera energía que mueve esa compleja maquinaria.
       Brindo por todos los que de verdad saben amar (porque saben cuidar), fabricando futuro y dándolo todo por los que cómodamente viajamos en calentitos vagones, mientras, inconscientes y hasta indignados, creemos hacer algo criticando el retraso, el hollín o el traqueteo. 

                                                           Vicky Moreno / Mayo 2012

martes, 8 de mayo de 2012

Pido un réquiem por...

Los que trocaron
risas por prisas,
hambre por sangre,
cumbres por lumbres,
que excoriaban sin grito
sus ensueños de sal.
Los que creyeron
que ese rito era un reto,
y aquel roto un mal rato,
y la ruta, sin ratas
rollizas que royeran
sus hígados trufados
de ilusiones y mar.
Y, luego, no muy lejos
de ese trecho sin techo,
encontrarían hermanos,
humanos, que no menos;
con manos, no con minas;
sin cercas y sin circos
en los que hacer de monos.
Pero nunca llegaron.
Ni siquiera alcanzaron
a ser una amenaza,
ni quitaron riqueza,
ni tuvieron pereza
para morir de nada,
retorcidos de miedo, 
con la arena de almohada..
Hoy su abrazo es un trazo
de azabache y carey
que elude la memoria;
dulce sonrisa blanca
de la espuma en la bruma
con toques de azul noche
en caja  de metal.
Enredado en las vallas
quedó el sueño que hoy callan.
Profética y atómica,
patética y atlética
la carga de rencores
que el dolor de los suyos
un día hará estallar.

                                     Vicky Moreno   /  
     Octubre 09

lunes, 7 de mayo de 2012

¿CON QUÉ TERNURA, SI NO, SE HARÍA LA PRIMAVERA? Por Vicky Moreno

   Una madre es un tesoro irrepetible por más afectos que después nos regale la vida. Ellas son la tierra que nos sustenta, la sangre que nos alimenta y el agua cálida en la que flotamos aún después de salir de su entraña. Por eso, nunca se van. Desaparecen a nuestros ojos, pero es debido a que se alargan, se ensanchan, se difuminan y se redondean para volver a contenernos.
   La penita nos hace buscar señales y las noches nostálgicas quisiéramos encontrar en el cielo estrellado un guiño de luz que nos la nombre o un código secreto que nos acerque su sonrisa, sin darnos cuenta de que lo que ahora nos envuelve ya no es algo ajeno y lejano sino una bóveda de bits y besos, cálida y protectora. No es que, como dicen algunos, ahora la llevemos dentro, es que de nuevo nos contiene, nos acuna y nos ayuda a crecer y a renacer cada día.
   Por eso, el mejor homenaje que podemos hacerles, es cumplir la meta de su maternidad, el anhelo de su existencia:  Poder contemplar hijos felices, sanos y buenos. Las madres son así. El orgullo aparentemente silencioso de todas ellas se vuelve siempre flores o canciones. ¿Con qué ternura, si no, se haría la primavera...?

jueves, 3 de mayo de 2012

Música coral de Ioannes Thyrsus: Taller en Madrid con Eric Whitacre

Me he quedado absorta después de participar en este taller tan maravilloso del que iba a hablaros, pero Juan lo hace mucho mejor que yo:
Música coral de Ioannes Thyrsus: Taller en Madrid con Eric Whitacre: Durante un fin de semana lluvioso y desapacible de final de abril se ha desarrollado el primer taller del compositor Eric Whitacre en Mad...