Aun así, podemos decir que no son "malos", porque son tan tremendamente IGNORANTES (y, de paso y por ello, tan INSOLENTES), que hasta en el fondo se creen que están haciendo algo mientras ponen tiritas con su foto en los andamios del corrupto sistema que sustenta esta compleja e interesada tramoya, hija de los prostíbulos de la avidez humana, y eufemísticamente llamada sociedad de consumo.
No son "malos" en realidad porque, cual NODRIZAS DE FRENOPÁTICO, se sienten generosos adalides que administran el néctar de sus exuberantes ubres, y que, de manera, para ellos natural, va a hacer que se seleccionen los que más y mejor puedan aprovechar y pagar sus favores, permitiendo crecer rollizos a los hijos de los poderosos, y justificando la extenuación de los que no tuvieron la suerte de estar en la proximidad, o carecen de la astucia para asegurarse el uso de tan genuino maná.
Por otra parte, podemos decir que, en puridad, no son "malos", porque adolecen de una creciente falta de visión de la realidad, dado que su ESTUPIDEZ es reforzada por los balidos a coro de los bondadosos y pusilánimes borregos de los que siempre tienden a rodearse.
Carentes de criterio, estos prebostes de la crisis se sienten entregados a la causa y hasta habrá quien les admire, les aplauda y erija su estatua ecuestre triunfante sobre los cráneos de las montañas de víctimas que provocó su ANGUSTIOSA INEPTITUD.
Vicky / Noviembre 2012