CARILDA OLIVER LABRA
Poeta cubana (Matanzas 1922-) Premio Nacional de Literatura
ME DESORDENO, AMOR, ME DESORDENO
Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.
Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada;
me desordeno, amor, me desordeno.
Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;
y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.
Dejadme dar la vuelta
Ya tuve esta neblina que pesa como un monte,
ya tuve este delirio,
ya tuve este fantasma y lo creí persona,
ya tuve casi el sueño,
y agonicé de pronto sin cerrar la ventana
y me quedé dormida con los ojos abiertos.
Bien sabéis que respiro apenas por milagro,
que estoy de adiós radiante,
de hasta pronto
y no vuelvo.
Dejadme pues alzar este rato de música,
este paisaje breve donde hago maromas,
esta ilusión que tiene un misterio imponente.
Dejadme dar la vuelta de la flor contra el viento
o ser sencillamente una mujer cualquiera
a quien salvó el demonio.
Vísperas de boda
Voy perdiendo los días de estar sola conmigo,
los días recién buenos ahora descubiertos,
ahora que se van,
y una tristeza hija de mi tristeza grande
me borra lentamente las ganas de soñar;
y nace como un miedo,
un miedo a ser distinta,
un miedo a ser normal,
un miedo a ser como otras:
calladas y domésticas,
bondadosas,
saludables quizás;
un miedo contra esposos,
contra cortinas puestas,
un miedo incontenible de tener un dedal.
No sé de qué me escondo,
de qué males escapo
ni qué lágrima extraña me llama desde el mar;
pero es que quiero ahora tener el mundo dentro,
volverme sólo tinta sobre el papel cordial,
caer como centella,
parir como una araña
y amar, amar, amar.
Pero es que quiero ahora cubrirme con la noche,
crecer en la ternura, ser astro o animal
pues brama el infinito sobre mi propia carne
y siento como un beso de la inmortalidad.
Cuando tomo la pluma ya estoy acompañada
de alguna estrella absurda que no se va a apagar;
así, llena de gente,
de historias increíbles,
de ramos de violetas,
de duendes que no hablan,
de nubes y retratos
me reúno conmigo como algo natural.
Todo me deja entonces lejana, distraída,
especialmente tonta,
y a veces en la cama puedo no ser verdad.
Y estoy casi feliz y apenas me sonrío,
bailando como lluvia y amable como el pan...
Por eso en estas vísperas del día de mañana
(adiós, mi libertad)
hago como quien rompe promesas y contratos
y muere de jamás
pues soy una criatura ajena a compromisos
y temo por mis alas que sí saben volar.
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