A vosotros,
heridos de la vida,
de la muerte, del hambre,
del lujo de unos pocos,
o el odio de otros muchos,
causado por el miedo
y el cansancio de siglos.
A vosotros,
amigos de lo ajeno,
que tomáis como propia,
siempre con otras manos,
la luz de la mirada
del que alumbra caminos
de lucha y esperanza.
No os confunda,
creyendo en apariencias,
el papel del reparto
que os ha caído en suerte,
ni os sintáis superiores
al que triste lamenta
o al que alegre dormita.
Son orillas,
desde las que miramos
y tomamos la umbría
por temibles peligros
que amenazan y alientan
la justicia y verdad
de la contienda.
Apariencias,
que cosa alguna es cierta,
ni persona maligna,
y es la mente, afanosa
de seguros refugios,
la que recalifica
de hostil lo que no es nuestro.
Repasemos:
Borremos las fronteras
y que se extinga el odio.
Borremos el “nosotros”,
y acabe el miedo de “ellos”.
Borremos el mañana,
y el hoy florezca dentro.
Vicky
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