viernes, 6 de enero de 2012





Blogger Vicky Moreno dijo...
http://federicomayor.blogspot.com/ 
Suscribo palabra por palabra todo lo que escribe Federico Mayor Zaragoza en este estupendo artículo. Sus palabras son como reflectores que alumbran un camino boscoso, antes temible y sombrío, pero después cargado de soluciones realistas e ilusionantes. 
¿Por qué no son más los intelectuales, los "despiertos", los que tienen "ojos para ver", quienes alzan su voz, como Vd. lo hace?
Eso, aparte de ser un deber de los que tuvieron la lucidez y la formación necesaria para alcanzar ese punto de mira, considero que es imprescindible y urgente para esa (R)evolución tan ansiada.
Aunque suene retrogrado (y siendo de natural luchadora por los que sufren), tengo que decir que yo no tengo tanta confianza en este modelo de democracia. Yo quiero que quien dirija los destinos de mi país y de mi planeta sean intelectuales preparados, generosos, éticos y conscientes, y a esos no es fácil que los elijan las agrupaciones de vecinos del barrio que, con todos mis respetos, no me representan. No porque no haya entre ellos personas de esa talla, que unas cuantas conozco, sino porque la tan valorada "mayoría" no la conforma ese tipo de individuos desprendidos, buscadores y serenos, sino una masa de tipo emotiva, pasiva, primaria, de reacciones fogosas pero interesadas y poco eficaces si no se canalizan.
Creo que el verdadero cambio tiene que venir de un nuevo enfoque global. No son malos los de "arriba" y buenos los de "abajo", ni viceversa. Todos somos egoístas y bastante superficiales y mediocres (a la vez que capaces de puntuales heroicidades). Reconocer donde están los valores y practicarlos, aunque cueste, es un esfuerzo, por desgracia infrecuente, que siempre se exige a otros. La crítica y la delegación de responsabilidad es nuestra postura favorita. Escrutar nuestra propia mente y nuestra propia conducta es incómodo, pero lo único que nos hace más humildes, más trabajadores y menos prejuiciosos.
Si queremos consciencia, debemos ser conscientes y, además, encontrar el modo para que nos dirijan personas conscientes. Si queremos paz, primero practiquemos la paz, pero sigamos sólo a los más pacíficos. Si queremos justicia, hemos de profundizar en los hechos que hay detrás de cada decisión, aplicarla y exigir que se aplique.... Por desgracia, profundizar y mirar la pripia viga no es el deporte nacional. Esa es la realidad y así nos va.
¡INTELECTUALES DEL MUNDO, AVATARES DEL MUNDO, GENEROSOS GENIOS, MADUROS PENSADORES, UNÍOS PARA LIDERAR EL MOTOR DEL NUEVO MODELO DE DESARROLLO Y CREAR LA FUERZA CRÍTICA QUE ARRANQUE EL VERDADERO CAMBIO!
Es mi deseo para el nuevo año. 

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